Manuel Carmona Jiménez
Artesano
Comencé a tallar tizas en edad escolar, de forma espontánea y autodidacta, al ver que tallar tiza era más inmediato y fácil que tallar madera, y así aprovechaba cualquier rato entre clases o en el recreo para escarbar con el capuchón del “boli-bic” en pequeños trozos de no más de dos centímetros. Así fueron saliendo los primeros “coches” y otras figurillas toscamente talladas.
Con el tiempo acabé afinando la técnica y, hasta hoy, casi nunca me falta un paquetillo de tizas, blancas, de las de la marca “marblas” y una especie de cutter punzón, por donde quiera que vaya.
Tratando de arreglar alguna marra descubrí, de manera fortuita, el efecto del cianocrilato (“superglue”) sobre la superficie de la tiza y en especial que le confiere dureza y un aspecto parecido, salvando las diferencias, al alabastro. A partir de ahí, vienen tallas ya más elaboradas y muchas de ellas con pretensión de constituir parte de una colección o serie, alguna de ellas policromadas con acrílicos.
He experimentado también el plástico transparente de los bolígrafos bic (resina termolábil) calentándolo a modo de vidrio, logrando en el soplado algunas piezas parecidas a jarras, varos o simples varillas de cristal.
También, desde muy joven, he venido experimentando con piezas de alambre y chapa-lata, luego soldadas con soldador de estaño, logrando primero unas rústicas cajitas, luego algún juguete (varias motos) y finalmente infinidad de piezas en miniatura, destacando los palaustres y, por extensión, las piezas que componen una de las colecciones que se exponen, referidas todas al oficio de albañil y de la albañilería en general.
Exposiciones:
-Vitrinas, aparadores y repisas de la casa de algunos familiares y amigos.
-Exposición de Artesanía Ateneo Popular de Almodóvar del Río en diciembre de 2011, serie titulada “Escultura menuda”.
Con el tiempo acabé afinando la técnica y, hasta hoy, casi nunca me falta un paquetillo de tizas, blancas, de las de la marca “marblas” y una especie de cutter punzón, por donde quiera que vaya.
Tratando de arreglar alguna marra descubrí, de manera fortuita, el efecto del cianocrilato (“superglue”) sobre la superficie de la tiza y en especial que le confiere dureza y un aspecto parecido, salvando las diferencias, al alabastro. A partir de ahí, vienen tallas ya más elaboradas y muchas de ellas con pretensión de constituir parte de una colección o serie, alguna de ellas policromadas con acrílicos.
He experimentado también el plástico transparente de los bolígrafos bic (resina termolábil) calentándolo a modo de vidrio, logrando en el soplado algunas piezas parecidas a jarras, varos o simples varillas de cristal.
También, desde muy joven, he venido experimentando con piezas de alambre y chapa-lata, luego soldadas con soldador de estaño, logrando primero unas rústicas cajitas, luego algún juguete (varias motos) y finalmente infinidad de piezas en miniatura, destacando los palaustres y, por extensión, las piezas que componen una de las colecciones que se exponen, referidas todas al oficio de albañil y de la albañilería en general.
Exposiciones:
-Vitrinas, aparadores y repisas de la casa de algunos familiares y amigos.
-Exposición de Artesanía Ateneo Popular de Almodóvar del Río en diciembre de 2011, serie titulada “Escultura menuda”.